Rev Med UAS; Vol. 9: No. 2. Abril-Junio 2019
ISSN 2007-8013
Gutiérrez-Arzapalo Perla1,*
1. Departamento de Investigación Científica del Centro de investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS) de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Culiacán, Sinaloa. México
DOI http://dx.doi.org/10.28960/revmeduas.2007-8013.v9.n2.001
*Autor de correspondencia: Dra. Perla Yareli Gutiérrez Arzapalo.
Correo perla.gutierrez@uas.edu.mx
Eustaquio Buelna No. 91 Col. Gabriel Leyva. C.P. 80030. Culiacán, Sinaloa.
Tel. (667) 7132606, (667) 7137978.
Recibido 20 Febrero 2019, aceptado 20 Marzo 2019
Entre otras malas prácticas que se realizan en torno a la salud, se encuentran las de la investigación científica, entre éstos se encuentran el plagio, autoplagio y duplicación, que ponen en duda la credibilidad y fiabilidad de las publicaciones y de las mismas revistas científicas que lo permiten, ya que con el propósito de cumplir cierto número al mes, trimestre o semestre según sea la revista, publican artículos con mucha veracidad que desear. Así para garantizar que los procesos de publicación se realicen de la forma adecuada y siguiendo los lineamientos éticos, se han formado comités y asociaciones con el objetivo fundamental de asegurar la entrega de trabajos científicos con calidad; las organizaciones mas conocidas internacionalmente son: Comité de Ética para Publicaciones (COPE, por sus siglas en inglés), Asociación Mundial de Editores Médicos (WAME, por sus siglas en inglés) y el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (ICMJE, por sus siglas en inglés), entre otros.1
Estas asociaciones tienen en conjunto la definición de Plagio como la utilización de ideas, palabras, propiedad intelectual publicadas sin permiso o atribución del autor, las cuales se presentan como originales en lugar de derivadas de una fuente existente; el Autoplagio se describe cuando el autor utiliza ciertas partes de sus escritos anteriores o previos sobre un mismo caso, tema o problema en otra de sus publicaciones sin citarlas de forma adecuada.2 Estas situaciones que no sólo se manifiestan en relación al texto, sino que pueden referirse a imágenes, fotografías, tablas, datos estadísticos presentadas ante un comité editorial aparen-temente como originales.3
“Estas acciones en ocasiones se realizan en el contexto del afán investigativo, pero afectan seriamente las actividades de publicación científica, quebrantan la buena fe de un comité editorial y los lectores, además de agotar tiempo y esfuerzo editorial en obras no originales”.4
El objetivo principal de la COPE, es supervisar y garantizar el cumplimiento de los lineamientos éticos en la publicación científica, las cuales dan a conocer con gran regularidad anual una serie de Recomendaciones para la información, realización, edición y publicación de los trabajos originales en las revistas médicas, en donde se mencionan las malas conductas. Este tipo de malas prácticas son cada vez mas frecuentes debido a los siguientes factores: el fácil acceso a la información, el desconocimiento de las normas de la escritura científica, la no “citación”, la necesidad de obtener grados académicos, reconocimientos, prestigios, congresos, entre otros, son circunstancias poco justificadas que ponen en evidencia la formación ética y de investigación en todos niveles de formación académica.5
En estos casos, la COPE brinda asesoramiento sobre las pautas a seguir: los autores deben ser objeto de una auditoria editorial, así como el retiro de su publicación, responsabilidad que también recae sobre los coautores y tutores de la publicación
Así, los correctivos se delimitan según el nivel de formación de los autores, subdividiendo las malas conductas cometidas por un alumno que inicia la formación universitaria y el profesional, los cuales deben enfrentar correcciones severas; esta laxitud en el abordaje del tema puede estar generando el aumento de malas conductas en estudiantes de pregrado y posgrado cuyo objetivo es obtener un grado o reconocimiento sin el esfuerzo y dedicación requerido.6
Es importante el uso de un software para identificar el porcentaje de originalidad de un manuscrito, por ejemplo Turnitin®, iThenticate®, entre otros. En relación al porcentaje de originalidad aceptado por una revista, esta varía según las indicaciones adoptadas para sus autores; sin embargo, hace unos años se presen-taba como línea de corte un 50% de novedad, pero en la actualidad la mayoría de revistas solicitan que el material sea inédito en un 80%.7
Referencias