Rev Med UAS
Vol. 13: No. 2. Abril-Junio 2023
ISSN 2007-8013
Dra. Geovanna Nallely Quiñonez-Bastidas1
DOI http://dx.doi.org/10.28960/revmeduas.2007-8013.v13.n2.001
formato PDFRecibido: 06 de enero 2023, aceptado 31 de mayo 2023
La neuropatía diabética periférica dolorosa (NDPD) es una de las complicaciones mas comunes y debilitantes de la diabetes mellitus, la cual afecta severamente la calidad de vida de quien la padece y provoca un gasto económico a nivel personal y de los sistemas de salud. La Federación Internacional de Diabetes estima que aproximadamente 537 millones de personas alrededor del mundo viven con diabetes1, de los cuales una tercera parte presentan síntomas de neuropatía dolorosa2. En torno a esta epidemia del siglo XXI, México ocupa el lugar número 7 con un total de 14.1 millones de adultos diabéticos y la posición número 6 con 6.7 millones de diabéticos no diagnosticados. No obstante, en México no hay estudios que reporten la prevalencia de la NDPD, o la descripción sintomática y de otras comorbilidades asociadas en estos pacientes. Esto nos habla de la emergente necesidad de estudiar no solo las características, la intensidad y ubicación del dolor, sino también, el impacto de la NDPD sobre el rol social, en el entorno familiar, laboral, la calidad de sueño, la asociación con otros padecimientos o comorbilidades y en general, la calidad de vida del paciente. En este sentido, el diagnóstico clínico de estos pacientes se realiza estableciendo una buena historia clínica, profundizando en los síntomas para descartar otras patologías. El dolor quemante, las sensaciones espontáneas, las disestesias, las parestesias y el dolor evocado (alodinia e hiperalgesia) son algunas de las características clínicas del paciente con NDPD que, paradójicamente, cursa con síntomas de pérdida sensorial. Por lo tanto, la evaluación de reflejos, los estudios de conducción nerviosa, el umbral de temperatura, las sensaciones de pinchazo, la prueba de diapasón para los estímulos vibrantes y las pruebas de monofilamentos para los estímulos táctiles son necesarias para el diagnóstico del paciente. Recientemente, se ha propuesto que la densidad de fibras nerviosas intraepidérmicas, es indispensable para la detección temprana de la neuropatía en fibras sensoriales pequeñas. Además, el diagnóstico de la NDPD cuenta con herramientas como el cuestionario del instrumento de detección de neuropatía de Michigan, la puntuación de neuropatía diabética de Michigan, la puntuación de discapacidad por neuropatía, la puntuación total de síntomas de neuropatía y la puntuación de neuropatía clínica de Toronto; mientras que, el cuestionario de dolor neuropático DN-4, el inventario de síntomas de dolor neuropático y el cuestionario de detección de dolor son utilizados para la evaluación del dolor. Por otro lado, los cuestionarios de Norfolk para calidad de vida de la neuropatía y el cuestionario de calidad de vida para condiciones neurológicas (NeuroQoL) nos brindan evidencia de la calidad de vida del paciente3. En cuanto a la fisiopatología de la NDPD, aún no ha sido del todo dilucidada. La inflamación neuronal, los productos de glicación avanzada, el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial son algunos ejemplos de mecanismos que subyacen a la alteración del sistema somatosensorial. Al respecto, el tratamiento actual de la NDPD consiste en la administración de antidepresivos y anticonvulsivantes, acompañados de un control adecuado de la glucosa y hábitos en el estilo de vida. Por último, las nuevas propuestas para la atención de estos pacientes giran en entorno a la implementación de clínicas y de programas de refuerzo a la educación médica para el manejo farmacológico y los cuidados paliativos del dolor, sin obviar, el diagnóstico temprano y multifactorial del paciente como ejes fundamentales para crear un impacto significativo en la calidad de vida del paciente con NDPD.
Referencias