Rev Med UAS
Vol. 10: No. 4. Octubre-Diciembre 2020
ISSN 2007-8013
DOI http://dx.doi.org/10.28960/revmeduas.2007-8013.v10.n4.001
Autor: Erika Celis-Aguilar
Jefa de Enseñanza del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud. UAS.
Dirección: Eustaquio Buelna 91, Col. Burócrata, Código Postal: 80030 Culiacán Rosales, Sinaloa. México.
Teléfono: 667 713 7978 erikacelis@hotmail.com
La pandemia de Covid-19 o SARS CoV-2 representa una tragedia mundial la cual ha ocasionado numerosas pérdidas humanas y morbilidad en la población que la ha padecido; por ello, una de las medidas principales para evitar su propagación, ha sido disminuir el contacto humano, usar cubrebocas, evitar aglomeraciones y espacios cerrados. Desafortunadamente, la educación como la conocíamos hasta el 2020 se basaba en la premisa de salones con numerosas personas teniendo una interacción personal cara a cara, muchas veces sin esa sana distancia y además en espacios cerrados.
Al inicio, todas las actividades hospitalarias se volcaron a la respuesta de la emergencia sanitaria, los hospitales se reconvirtieron, dejando a un lado las labores asistenciales de enfermedades más comunes. Centros especializados como los Institutos Nacionales se volcaron solo a atender pacientes con Covid-19, derivando en una crisis educativa en las residencias médicas que hasta ahora no se ha resuelto. Esto es alarmante sobre todo en las especialidades quirúrgicas, donde la práctica es fundamental1.
Desafortunadamente, al inicio de la pandemia la oferta educativa se vio parcialmente interrumpida por bajas por enfermedad, turnos extenuantes y priorización de la atención en salud1. También, hay que aceptar que existe un rezago en la práctica (adquisición de destrezas y habilidades) de todos aquellos residentes que han vivido esta pandemia y este atraso es mundial. Sin embargo, los programas de residencias médicas, en general, lo han tratado de superar al incrementar la oferta académica. Se ha potenciado el razonamiento clínico con presentación de casos, videos de pacientes o cirugías o telemedicina 2,3.
Con el paso de los meses, se ha logrado solo en algunos hospitales de la república mexicana, lograr la llamada “nueva normalidad” atendiendo urgencias, padecimientos prioritarios y oncológicos. Las cirugías y procedimientos que no pueden posponerse se han empezado a activar con la subsecuente práctica de los médicos residentes. Afortunadamente, en muchos hospitales, pediatría y ginecología siguió operando con esmeradas precauciones para evitar contagios. Las rotaciones o estancias nacionales, asimismo, se han activado a cuentagotas en hospitales sobre todo oncológicos, dermatológicos y oftalmológicos.
La especialidad de medicina interna con cirugía son las que han sufrido más los embates de la enfermedad. Los internistas e intensivistas han quedado a cargo de liderar la respuesta local y nacional de la emergencia sanitaria, dedicándose poco a enfermedades distintas del Covid-19. Desafortuna-damente esto ha desencadenado que muchos residentes de medicina interna se pregunten de su vocación como internistas, principalmente porque hay un exceso de trabajo en estas especialidades.
No todo ha sido malo, como profesores hemos arribado y quizá ya dominado una tecnología que al principio nos parecía lejana o al menos no tan necesaria; las clases se han hecho más frecuentes y debido a su facilidad, más ricas y de duración más extensa. Hemos aprendido a analizar casos a distancia y crear un vínculo más cercano con nuestros residentes. También hemos aprendido a valorar lo que antes teníamos como asegurado, la interacción cara a cara. Plataformas como ZOOM, Google Meets, Gotomeeting, etc3. Son parte del vocablo ya natural entre alumnos y maestros. Sin embargo, el reto de las clases virtuales es generar esa interacción con micrófonos y cámaras prendidas y un código de ética y vestimenta que debe ser respetado.
Aunque cada vez más las clases presenciales son una realidad, estas no están exentas de riesgos, como la infección de SARS CoV-2 por el personal de salud.
Además, numerosos webinars han surgido producto de diferentes sociedades, colegios e industria farmacéutica lo que ha enriquecido el entorno educativo.
La educación médica gracias al internet y las plataformas educativas ha hecho una explosión académica que creo solo será hacia adelante, cada vez mejor y mayor.
Referencias